CHORROS NADA PIBES: de cómo el líder de Damas Gratis se volvió 680 mil dólares menos rico


La noticia empezó a correr como reguero de pólvora desde la edición de El Expediente, el programa de casos policiales del polémico canal de noticias C5N. Pablo Lescano, el líder y creador de Damas Gratis, el grupo más exitoso que tuvo la movida tropical argentina a principios de este siglo y el impulsor de la cumbia "villera" como género desde sus comienzos como tecladista y compositor de Amar Azul, fue víctima de un robo impensado aunque también evitable.


La hacemos corta: puso 680 mil dólares, fruto de sus conciertos y giras más exitosas, en una caja de seguridad de un banco en la ciudad de San Fernando, al norte del Gran Buenos Aires. Un día fueron a ver esa caja de seguridad y apenas se encontraron con los papeles "de almacenero" con la contabilidad de esos rollos de billetes. Alguien se metió en esa caja y se robó todo. Y fue dinero ganado en una época anterior a la debacle económica y posterior crisis inducida del 2001, cuando se cobraba en pesos cercanos al valor del dólar (ya había empezado a subir, aunque no tanto como cuando se disparó a 3 pesos). Obviamente no había el actual cepo cambiario que incluso hasta impide hacer operaciones en bancos del exterior ya que los porcentajes de impuestos no bajan del descarado 35% por cada compra que hagas con tarjeta fuera de los límites del país.

Si bien todo lo que le pasó desafortunadamente al músico se podía haber resuelto en un programa de 25 minutos con un reportaje escueto y un intento de explicación por parte de especialistas, terminó siendo un morcilleo y un estiramiento de casi una hora en el programa de TV paga ya mencionado. Mientras Mauro Szeta, ex periodista de policiales de TN/El Trece, le ponía más oficio al hecho de preguntarles tanto a Lescano como a su abogado, el Dr. José Vera, el por qué sucedió lo que sucedió, su partenaire, Paulo Kablan, quien antes de Szeta conducía él sólo ese programa, no paraba de alabar las condiciones de "músico honesto" de "Pablito", seguramente para asegurarse un autógrafo al finalizar el programa.

Aunque algo, de todo lo que se dijo al aire, era ciertamente comprobado. Tanto el músico como su representante hicieron todos los pagos de impuestos y firmaron la planilla de SADAIC para poder cobrar la difusión de sus canciones. Todo por derecha, aparentemente. Esas 680 lucas verdes fueron ganadas en buena ley, y no es una cifra exagerada.

En el apogeo de la cumbia villera, Damas Gratis, insisto, el grupo más exitoso del género, hacía 27 shows cada fin de semana según Lescano. Entre 9 y 10 shows por noche, a un promedio de $8000.- cada presentación en boliches, pesos mas, pesos menos. Supongamos, para hacer las cifras más redondas, que son 10 shows por noche. $80.000.- eran los que entraban a las arcas del grupo y toda la gente que trabajaba con ellos por jornada. $240.000.- por fin de semana. $960.000.- por mes. Imagínense en épocas de carnaval o días de temporada veraniega. Esas 80 lucas por noche fácilmente se transformaban en 120. Y si el furor de la cumbia villera duró lo que duró, entre 1998 y 2002, y suponiendo que hubo 10 meses al año que se trabajó todo, el creador de "Se te ve la tanga" habría sacado $9.600.000 pesos al año. Unos $38.400.000.- en todo ese tiempo que, con un dólar ya a 3 pesos, que se mantuvo incluso así hasta el 2008, habría juntado unos U$S 12.800.000.- (unos 4.800.000 al cambio del momento de publicarse este artículo).

Ojo, todo esto son cuentas sacadas muy al aire y seguramente, si hubieran sido 12 palos verdes, mucho de ello se fue en inversión de equipos de música, sonido, pago a los músicos, "plomos", promoción, viajes... Y supongamos que sólo quedaron los 680 mil que había en el banco, pero eso ya sería otra historia.

El chiste fácil.

En todos los ambientes mediáticos se manejan cifras siderales de dinero. Es lógico. En Argentina, un punto de rating, apenas un punto, son más de 150.000 personas frente a una pantalla de televisión. 150.000 potenciales compradores de un producto. Fue así que de a poco la cumbia villera, como lo fue la cumbia romántica del Grupo Sombras apenas un par de años atrás, terminó colándose en los medios masivos, incluso tomando por asalto (perdón por el neologismo) programas ómnibus completos que aún siguen existiendo en canales de bastante menos rating. Fue la última vez que un género musical tan "discriminado" tuvo tanto éxito y fue el salvataje económico del que aún persisten sus principales sellos musicales: Leader Music y Magenta, hoy devenidos en sellos más variados en lo musical (en el caso de Leader) y sellos "de catálogo" (en el caso de Magenta, cuyo repertorio de intérpretes tropicales actuales dista de ser el boom de aquellos años).

La gran mayoría de los éxitos de esos sellos terminaron desprendiéndose de los mismos formando hasta sus propias casas disqueras, que terminaron en manos de otros sellos independientes como DBN o ProCom, éste último lanzando al estrellato a un indescifrable grupo "de producción" como Los Wachiturros o su versión femenina, Las Culisueltas, que aparecieron después de una necesaria meseta del género musical, debido a que lo "villero" musicalmente hablando era una catarata de apologías (y a veces relaciones directas) a la droga, la delincuencia y el sexo fácil, despertando un amodorrado COMFER (hoy AFSCA, quien maneja los destinos de los medios de Argentina, tanto en su contenido visual como en sus licencias de transmisión) que empezó a multar a cada canal que emitía ese tipo de música. De repente, en la pantalla de la TV abierta, estábamos viendo un recital en vivo de un grupo de cumbia villera tal cual ocurría en una bailanta, con reinterpretaciones escatológicas de las letras que se cantaban en play-back o en vivo. El caso más conocido era el reemplazo de "Yo quiero tomar vitamina", un "clásico" de Damas Gratis, cuya última palabra, sus fans la reemplazaban por "cocaína". Todo eso en horario familiar vespertino y en una época bastante anárquica en los medios tras lo del 2001.

Sin dudas, el fin de la década del '90 marcó no tanto el fin de la industria discográfica como la conocemos, sino que el mercado terminó adaptándose a las nuevas tecnologías. En un público donde no importa si es original o trucho, se lo consigue como sea. La gente estaba dejando de comprar discos originales para conseguirlos en algún mercado informal como La Salada. Y más aún con la masificación de las computadoras personales el intercambio musical se volvió enteramente incontrolable. El único ingreso seguro para esos grupos o solistas eran (y lo siguen siendo) sus actuaciones en vivo. Y el género tropical, si bien tiene muchísimas radios temáticas desparramadas por todo el país, apenas una cuarta parte de ellas llena la planilla de SADAIC y paga una cuota mensual para que los autores de las canciones difundidas cobren por la difusión de sus obras. Y esto no es algo excluyente de la "movida tropical". Pasa y muy seguido en los masivos festivales de folklore, por ejemplo en los maratónicos encuentros chamameceros, donde tocan una docena de grupos que cobran alrededor de $2000.- su actuación de unos 40 minutos. Algo que para los organizadores es el equivalente a lo que gasta en entradas, comida y bebida una de las tantas "barras chamameceras" que representan a alguna ciudad o población de nuestro litoral.

Una vez, indignado porque quien fue su manager lo estafó, Jorge Kazmer, el líder de ese loquísimo grupo llamado Los Sultanes, decía en el programa de Susana Gimenez que "el dinero no cambia a las personas; las descubre". Y eso es algo que Pablo Lescano descubrió a sí mismo tras este robo. Tras pasar, según su confesión a las cámaras, por el vicio de las drogas para olvidarse de la depresión que le sucedió tras enterarse que "diez años de trabajo" se los llevó alguien, aparentemente "vecino" de sus cajas de seguridad con la complicidad de un empleado del Santander Río, banco donde tenían la famosa caja de seguridad. Mas allá de que el periodista Paulo Kablan no paraba de decir que "la industria de la movida tropical no es una industria informal, está muy bien organizada", ¿cómo se explica que una persona importante como Pablo Lescano o su representante no tengan un contador que le maneje tanto dinero y lo termine manejando la hermana del músico, mas allá de la confianza que le tenga una persona a alguien de su propia sangre? ¿Por qué puso tantos fajos de billetes en una caja de seguridad pudiéndola poner a plazo fijo en el mismo banco o en distintas cuentas para tener ese dinero más a la mano pero sin tener el "metálico" encima? Quizás las respuestas más lógicas las terminó dando el mismísimo damnificado: "yo era pibe, el manager me decía que la entierre a toda esa plata en el jardín (¿qué clase de seriedad puede tener alguien que te diga eso?), en el Citibank me miraban feo así que puse todo en las cajas del otro banco (...) Cuando me enteré lo que pasó, quería tomar de rehen al banco, me deprimí y me empecé a drogar... Pero lo que más lamento es que me hayan robado toda la guita de mi vida y sin fierro", o sea, en la ley de lo que describen sus canciones. También puede llegar a ser un golpe publicitario ante el inminente show que Pablo Lescano va a dar en el Luna Park, un estadio cubierto donde entran 8280 personas. A razón de 120 pesos promedio una entrada (puede valer más, según la ubicación), la cuenta nos da $993.600.- que con un dolar a 8 pesos nos da unos 124.600 dólares. Eso en una noche. Si llega a hacer cinco, como lo hizo dos años atrás, puede que alcance la cifra que le robaron del banco. Claro, sin descontar todos los gastos que va a acarrear tal evento.

El gran dilema de ser talentoso en algun área del arte y a la vez inteligente en los negocios. Cuando falta algo de eso, no terminás nunca de alcanzar la cima. Y pasan esas cosas que pasan como que alguien, que no se sabe aún quién y ni siquiera se sabe en qué fecha ocurrió, te robe lo que ganaste con tu talento.


Disfruten completo el programa El Expediente dedicado al robo a Pablo Lescano.
Tiene de todo: especialistas con cajas de seguridad en el estudio mostrando cómo se abren, un conductor que no paraba de halagarlo al invitado, ni un video de alguna cámara de seguridad, un final donde no saben ya qué pomo preguntarle al entrevistado y un hashtag de Twitter del cual taparon todos los chistes sarcásticos a la víctima del robo y sólo mostraron los que decían "Fuerza Pablito".
Sin dudas, C5N en su máxima pureza.