Pueden ser muchas razones. La principal, siempre, es la económica. Pero así como EMI fue repartida entre los dos gigantes de la música, misma o parecida suerte tuvieron sellos discográficos que descollaron (o les fue bastante bien) en décadas pasadas y hoy son un recuerdo, en algunas ocasiones, salvado por alguna empresa grande que compra su catálogo.
Nota: pueden haber muchos datos que faltan o alguno que otro erróneo. Ojalá alguien que haya trabajado en estas empresas nos pueda ayudar a reconstruir sus historias. Si pueden, manden un mensaje a este formulario de contacto para poder corregir y aumentar este artículo. Desde ya, mil gracias.
El paso de este sello alemán fundado en 1986 fue uno de los más veloces de la historia de la industria discográfica en Argentina. Muy pocas de sus ediciones, antes de su desembarco en 1998, eran editadas por Leader Music, cuando su principal fuente de ingresos era el "pop tropical" de factura propia. La que más se destacó fue la edición en 1998 (un año después de su lanzamiento en USA) del primer disco de Aaron Carter, el hermano más chico de Nick Carter, integrante de los Backstreet Boys. Era realmente raro escuchar la voz femenina tropical de Leader Music promocionando a un artista pop extranjero en sus publicidades. Si bien el disco y sus singles tuvieron un demasiado discreto éxito en los charts, en Argentina pasó prácticamente desapercibido y a las pocas semanas ya se estaba rematando en las disquerías a 5 pesos.
Un año después recalaba Edel Music como disquera en Argentina. Sus principales lanzamientos se basaban en sellos independientes del dance europeo y nuevos grupos y solistas del pop y el rock local. El secreto de Edel fue ir directamente al hueso de la promoción, entregando a Canal 13 (hoy El Trece) sus principales hits para que sean parte de la banda sonora de las producciones de Pol-Ka o de programas de entretenimientos del canal. Así que de repente escuchabas "Tío Pedrito" de Macaco en un concurso o "Maquillando las noticias" de Facón, dos canciones de dos grupos que no hubieran existido si no fuera por esa promoción televisiva. Además, en Edel fue el debut como cantante del locutor de radio Christian Palacios, famoso desde la época que trabajaba en FM 100 (hoy La 100) hasta que lo despidieron (actualmente está dedicado de lleno al canto).
Por el lado de lo internacional, empezaron con el pie derecho. "Blue (da ba dee)" de los italianos Eiffel 65 dio de comer unos cuantos meses a Edel Argentina. El tema llegó a estar número uno en casi todo el mundo y sexto en el Hot 100 americano. Fue uno de los tantos one hit wonders que editó Edel en el país. Además, una de sus características fueron las ediciones especiales de compilados de boliches de la costa atlántica, como Sobremonte de Mar del Plata.
4- MICROFON ARGENTINA
Nacido a principios de los '60, este sello cosechó unos cuántos éxitos en sus primeros años, más en el área del folklore y el rock nacional con su sello especializado Talent, creación del manager Jorge Alvarez y que durante 20 años editó gran parte de los puntales del rock argentino, como Sui Generis, Aquelarre, Color Humano, Pescado Rabioso, Invisible, La Máquina de Hacer Pájaros, el primer álbum de Sissi Hansen y el último de Billy Bond.
Sin embargo, el éxito comercial lo terminó teniendo Microfon a fines de los '70, con la dirección de Mario Kaminsky. Por ese entonces, las películas musicales eran furor en Argentina y Microfon produjo toda una serie de ellas, referidas al amor: La carpa del amor, La discoteca del amor, Las vacaciones del amor... En esas pelis aparecían quienes luego iban a alcanzar mucha fama en el espectáculo vernáculo y, en algunos casos, fama internacional, como Ricardo Darín, Carlos Calvo y Graciela Alfano, entre otros. Con argumentos muy livianos de comedia, esas películas se dedicaban a promocionar los artistas de la casa disquera.
Por ese entonces Microfon tenía las licencias de dos pesos pesados de la música: Ariola International, el sello alemán que luego sería adquirido por Bertelsmann para convertirse en RCA Ariola, tras la adquisición del catálogo del "sello del perrito" y luego convertirse en BMG; y nada menos que Island Records, que editaba por ese entonces los discos de Bob Marley, Tom Petty y Rupert Holmes, que llegó a la cima del Hot 100 de la Billboard con "Escape (the piña colada song)". La curiosidad de esa licencia hacía que algunos de esos intérpretes aparezcan "bajo licencia de Velvet (Venezuela)" que era una subsidiaria en latinoamérica de ese sello.
3- INTERDISC
Creada en 1977 por el productor artístico "Pelo" Aprile, nace de la compra de la quebrada Disc-Jockey. Si bien empezó muy de abajo, a medida que creció, fue adquiriendo licencias de muy importantes sellos de la escena disco de Nueva York, entre ellos, Prelude Records, de la mano de la gestión de Alejandro Pont Lezica, uno de los referentes más importantes del ser DJ en Argentina. Después vino el boom del rock nacional durante la guerra de Malvinas y los principales exponentes se dividían entre este sello y Sazam Records, de Music Hall. Interdisc no sólo tenía la licencia para fabricar las placas de SG Discos (los principales álbumes de Serú Girán y Charly García), DG Discos (el sello del manager Daniel Grinbank, que nucleaba a gran parte del universo de este género musical) y CDA Discos (también de Grinbank), sino también una licencia que se la adquirió a Music Hall: Warner Bros. Records, también conocida como WEA, por las iniciales de sus tres principales marcas: Warner, Elektra y Atlantic.
Un caso testigo del éxito de Interdisc a mediados de los '80 es este compilado, con el mismo nombre que una serie de recopilaciones que sacó Columbia a mediados de los '50, que no sólo tenía todos los hits radiales del momento, sino que a lo último tenía dos "tracks" llenos de ruidos que, al pasarse a un cassette y reproducirse en un "datassette" conectado a una computadora, resultaban ser dos videojuegos. Una innovación en un mundo donde aún la computación, si bien era algo muy emergente, todavía era para unos pocos o para quienes cursaban en algún instituto.
La llegada de los '90 y el desguace de todas las fabricadoras de discos de vinilo sucumbió al siempre emergente sello, decidiendo vender todo su catálogo a EMI Odeón, que por entonces estaba fabricándole sus publicaciones. Tiempo después, el catálogo de Interdisc pasó a manos de Universal Music, cuando ya se constituyó como sello en 1998, luego de desembarcar en Argentina muy discretamente como MCA (que antes era una subsidiaria de BMG) y empezando a adquirir cuanto sello se le cruce, desde Polygram, Clan Music y hasta la recientemente comentada compra de toda la música de EMI.
El siempre recordado sello discotequero nació en 1981. Muchos creen que siempre fue un sello "pirata", pero en sus comienzos, anotaba las canciones en SADAIC como covers, para terminar siendo publicadas en sus versiones originales (algo que hacía muy seguido Pato C en sus compilados, donde en la tapa salía cualquier nombre pero al escuchar el disco eran todas versiones originales del artista que las interpretaba). Con el tiempo, Gapul adquirió las licencias de los principales sellos europeos de italo-disco. Artistas como Spagna primero salían en Gapul y después en sellos más grandes.
Este era uno de los vinilos fabricados en USA bajo el sello Hotter Records. Y como verán por los títulos, no eran como para difundirlos con posters gigantes y promoción radial masiva. |
Hoy Hotter Records se llama CD Hot, se mudó a Galería Jardín en la calle Florida, ya no edita discos como antes, pero sigue siendo un referente de la música bailable internacional en Argentina.
Este, sin dudas, es el caso más importante de sellos que ya no existen más en Argentina. Nacido a finales de los '50, Music Hall se impone lentamente como una competencia muy seria a los sellos internacionales que recién estaban empezando a colocarse en el país. Al igual que muchas otras disqueras locales, su fuerte estaba en el folklore (las primeras grabaciones de Sixto y Carmen Palavecino, Eduardo Ávila y más artistas) y el tango, pero de a poco empezó a conquistar los mercados del rock (editó los primeros discos de Pappo's Blues, Arco Iris y Billy Bond con La Pesada del Rock, entre otros) y la música internacional, llegando a tener las licencias de Warner, MGM, Reprise, DOT Records, la española HispaVox y Dark Horse Records, el sello de George Harrison.
Al igual que Interdisc, MH vive una primavera de ventas y difusión a mediados de la década del '80 con los discos de Nito Mestre, León Gieco, Raúl Porchetto y Miguel Cantilo & Punch, entre otros artistas editados por Sazam Records. También tenía algunas licencias que no pudo comprar Gapul en lo que es italo-disco y el sello francés Carrere, que en esos años era muy popular con Stephanie de Monaco y Elsa con su himno "americano" "Ten vas pas"). El espaldarazo llega con "Rockas vivas" de Miguel Mateos Zas, el disco de rock argentino más vendedor de la historia del país, sólo superado por "El amor después del amor" de Fito Paez. Luego de editado "Solos en América" un año después, Miguel Mateos se muda a RCA Ariola, donde empieza toda su expansión por latinoamérica, algo que no podía hacer de quedarse en un sello local como MH.
Los '80 para Music Hall fueron de muchos contrastes. De editar a un #1 en el UK Singles Chart como Boris Gardiner y su "I wanna wake up with you", pasaban a publicar bizarreadas como "FM USA", un compilado de covers bastante malos de los hits del momento de otros sellos más grandes mezclados con voces de locutores de radios americanas. Lo más curioso es que llegaron a editar en el país ¡cuatro volúmenes! de esa serie. La gente no estaba tan informada como ahora y terminaba comprándose esos discos sin escucharlos antes, enterándose tarde que los artistas que cantaban no eran los originales.
Uno de los discos de difusión más raros que se haya editado en Argentina fue este de Miguel Mateos Zas haciendo la versión "inglesa" (en realidad, es "cantada en inglés") de "Perdiendo el control". No sólo es curioso este maxi simple por la versión en otro idioma de uno de los temas más difundidos en la década del '80, sino porque el disco está prensado "al revés", es decir, se tiene que poner la púa desde la etiqueta para que vaya para afuera.
Cuando empecé a hacer radio allá por el '87 lo ví y lo pasé al aire (después de estar media hora tratando de embocar la púa sin ver lo que decía la etiqueta). Años después, el sitio especializado Maxivinil consiguió una copia de esta rara avis y lo compartió con sus seguidores de Youtube. Inclúyome.
Cuando empecé a hacer radio allá por el '87 lo ví y lo pasé al aire (después de estar media hora tratando de embocar la púa sin ver lo que decía la etiqueta). Años después, el sitio especializado Maxivinil consiguió una copia de esta rara avis y lo compartió con sus seguidores de Youtube. Inclúyome.
Y parece una cosa de locos, pero siempre los comienzos de década terminan tambaleando a este tipo de empresas. Eso le pasó a Sicamericana, la sociedad anónima propietaria de MH y todos sus sellos satélites. Entró en concurso de quiebra y liquidó toda su existencia de vinilos en una disquería improvisada, al lado de sus oficinas en pleno centro de Buenos Aires (yo aproveché y me compré un par de discos, les cuento). En 1995 es su cierre definitivo y su catálogo quedó literalmente desparramado por un lado y acéfalo por el otro. Gran parte de él lo compró Nestor Orlando y lo publicó Leader Music en mínimas cantidades primero y en mejores ediciones después. Hoy en día se pueden ver algunas ediciones hechas por el reflotado sello Diapasón, propiedad del citado productor, aunque en su mayoría son recopilaciones con muy pocos temas.
A principios de 2016, el INAMU (Instituto Nacional de la Música) informó a través de una conferencia de prensa que, tras muchas gestiones, pudieron adquirir el catálogo completo de Music Hall, o mejor dicho, las producciones originales editadas y producidas por el extinto sello. Mucho de ese material, en lo que es la parte de tango y folklore, quedó ahora en manos de los familiares directos de los intérpretes ya fallecidos. En tanto que en el ámbito del rock, Charly García, Raúl Porchetto, David Lebón y León Gieco, entre otros intérpretes, van a volver a cobrar los derechos de difusión y reproducción de las obras grabadas en MH y sus sellos satélite, como Sazam Records. Ahora pueden todos ellos reeditar su material tal y como quisieran, siempre y cuando pongan en esas ediciones el sello del INAMU, cuyo actual presidente es Diego Boris, un músico que en la década del '90 fue uno de los impulsores de la autogestión en las producciones musicales, continuando un poco con el método casi hermitaño que tenían Los Redonditos de Ricota en los '80 para editar sus discos.
Y nos faltan muchos más sellos: Buelax (sello que editó en video algunos volúmenes del famoso compilado "Now that's what I call music", además de la serie "Spaghetti disco" y los primeros álbumes de The Smiths y New Order), Trova (que volvió a mediados de los '90 reeditando mucho de su material, como los primeros discos de Les Luthiers), Parnaso (que editó en Argentina los primeros discos de Elton John y Tom Jones, entre otros), Fermata, American Recordings/Tenessee, TK, SUM Records (que llegó a editar artistas de Fania y RSM (todo lo grosso de la Salsa), Mute Records (Moby y Depeche Mode, por ejemplo. Hoy pertenece a Universal en Europa y a Warner en el continente americano) y XL Recordings (Prodigy fue su artista más fuerte. Y de seguir existiendo y retenido su catálogo, hubieran editado los discos de Adele, una de las artistas más vendedoras de principios de esta década)... Todos en su mayoría sin poder resistir los embates de un mundo que cambia a cada momento, pero que sus ediciones originales, e incluso sus posteriores en compact disc, son muy buscadas por los melómanos. Como quien les escribe.
Repito: si alguien que haya trabajado en estas empresas nos puede ayudar a reconstruir sus historias, que mande un mensaje a este formulario de contacto para poder corregir y aumentar este artículo. Una vez más, mil gracias.