Antes que nada vamos a aclarar un tanto importante cuando hablamos de este diario. Este artículo es para detallar su evolución como marca y el riesgo que se tomó en cambiar su apariencia.
No es la típica discusión de moda sobre su línea editorial que, como el pensamiento de casi todos nosotros, es adaptable a cada circunstancia temporal. Así que a tranquilizarse un poco y a acordarse que estamos en un período democrático.
Clarín es un diario que leo y me agrada leer aunque en muchas ocasiones y épocas no haya compartido para nada su eventual línea editorial, incluso en cosas mínimas como en la crítica de una película que me gusta o un director que me disgusta. Eso no va a cambiar en décadas de mi parte. Ahora, lo que van a leer y ver sólo es debatible en el ámbito del diseño, de los cambios de época y demases. De hecho, este blog lo creé justamente para eso.
Hecha la aclaración, metámonos de lleno en esta curiosidad.
Creo que más de uno se dio cuenta cuando se presentó el rediseño del diario. Era una jugada muy fuerte para un medio que durante años y años lo único que cambiaba era su tipografía de los titulares y hasta ahí nomás. Era lógico ese conservadurismo. Clarín se convirtió en el diario de mayor circulación del país (lo fue hasta de Iberoamérica) y sin caer en sensacionalismos o poco discretas camisetas ideológicas eternas, siempre ahí en el medio esperando ver qué pasa en el planeta, se diferenció del conservadurismo limpio de La Nación o La Prensa y el sensacionalismo de Crónica o Diario Popular, por dar ejemplos de diarios de actual circulación tras años de publicarse.
La época lo ameritaba. El futuro estaba llegando. Se acercaba el ansiado año 2000 y todos los medios de una forma u otra querían subirse a esa ola de cambios en el mundo. Algunas publicaciones diarias intentaron pegar un fuerte timonazo a principios de los '90, como el diario La Prensa, quizá uno de los diarios más antiguos que hay en Capital Federal pero que su circulación fue mermando fuertemente con el correr de los años. En 1994 deciden cambiar su logo, su diagramación de noticias, su forma de contarlas e impulsaron lo que se llamó el "tren de información", es decir, las noticias importantes resumidas en la parte superior de cada página como si fueran vagones de un tren. Nunca ese diario invirtió tanto dinero en promocionar su restyling, incluyendo un comercial de TV hecho con la última tecnología en edición, muchísima vía pública y merchandising para los kioscos, entre ellos, un pisa-diario con forma de trencito. Todo eso para que las ventas se desplomen aún más y, a pedido de los asiduos lectores del diario, se retomó al diseño anterior. Algo pocas veces hecho eso de recular decisiones tan drásticas.
Hoy día, La Prensa es parte del grupo que maneja el diario La Capital de Rosario y en la sección "Nuestra Historia" de su página web no se lee absolutamente nada. Otra cosa: buscando muchísimo por internet no hay ningun rastro de lo que fue ese one hit wonder de "La nueva Prensa", hace ya más de 20 años. Por ahora.
Otro diario que cambió no solo su logo, sino también amplió su target fue El Cronista Comercial. Tras el éxito que tuvo años atrás La Nación con su indescifrable juego Portfolio, la gente de El Cronista, parte del multimedios que manejaba Eduardo Eurnekian en esa época (América TV, FM Aspen, Radio América y el diario Extra), relanzó su diario de economía que sólo se podía comprar por suscripción a un formato "para todo público", le sacó el "Comercial" en su nombre y se le agregaron suplementos de espectáculos, moda, deportes y ¡un suplemento joven! Pero la estrella fue el juego "Chance", donde con una tarjeta troquelada se develaban combinaciones de símbolos. Si un símbolo coincidía en toda la tarjeta, ganabas. Meses después cambiaron la modalidad del juego con otra tarjeta de diseño mas humilde, donde había que escuchar las radios del multimedio para ver si coincidían con los símbolos o números de la tarjeta que te tocaba con lo que anunciaban. Toda esa primavera "comercial" de El Cronista duró hasta que la gente dejó rápidamente de comprar un diario que aún seguía siendo de economía y finanzas. Ahí fue cuando volvió a ser el diario de negocios que nunca dejó de ser.
No se podía cambiar el logo de golpe, por más que en la realidad sea bastante parecido al anterior. Había que empezar a acostumbrar al ojo del lector. Y así fue que durante dos meses las letras clásicas de Clarín empezaron a engordar, a transformarse, todo en un período del que pocos se iban dando cuenta de semejante cambio. Personalmente me di cuenta viendo los logos temporales y a la vez diciendo "¿qué pomo están haciendo?". Y una vez más lo noté cuando en "Gemelos", ese magazine de Canal 9 que conducían Adolfo Castelo (QEPD) y Horacio Cabak, estaban haciendo el clásico "Pasando revista" pero con los diarios de hoy. Ahí abrieron un Clarín y el cambio ya era alevosamente definitivo y se notaba a la legua. El lunes 23 de noviembre Clarín cambió su logo (bah, cambió sus letras, el muñequito con el clarín en la mano seguía siendo el mismo de hace décadas) y una semana después se rediseñó todo el diario en un formato que persistió con mínimos cambios y otra tipografía en los titulares, los textos y las primeras planas hasta finales del 2014.
Otro cambio estridente, como ya había mencionado, fue el de Diario Popular, con metamorfósis de logos muy parecidas a las del Canal 11 de Buenos Aires en los '80. De corte amarillista, aunque más formal que Crónica, es el segundo diario más vendido de su género casi a la par de Muy y el extinto Libre. Aunque su apogeo publicitario se dio con Olmedo haciendo de diariero en un comercial de 1984 que hace poco reapareció en Youtube.
Y otro de los cambios grandes que tuvo Clarín como medio gráfico fue la inclusión de una revista dominical, como también en su época lo hizo La Nación. Acá se pueden ver sus metamorfósis hasta la actual Viva, donde ahí sí existe el libre albedrío de cambiar diseños y logos. También, como de colado, está Sal!, el ambicioso suplemento de espectáculos a todo color y papel ilustración que duró muy pocos meses debido a su costo de impresión.
Creíamos que iban a pasar muchísimos años para que haya un cambio en Clarín como el que sucedió hace ya 15 años. Un diario que en apariencia visual parece cambiar permanentemente. Tanto como quienes lo leen como los que por el momento no lo están haciendo asiduamente.
Pero más allá de los cambios, nada se puede decir que sale a las mil maravillas. Los dejo con una tapa que pasó a la historia porque le faltó una letra. Generalmente pasa eso al apurarse a escribir antes del cierre de la edición, pero que te pase justo en la tapa...
Y 16 AÑOS DESPUÉS...
El último logo de Clarín aguantó todo tipo de embates, incluso dos cambios fuertes de tipografía en sus titulares. Pero tras haber renovado todo su sitio web (el más visitado del país en lo que es noticias, donde en sus primeros días invirtieron el logo, poniendo el muñequito primero y las letras después), los otros cambios iban a caer por default. Y así fue cómo el domingo 19 de octubre del 2014, el Gran Diario Argentino estrena nueva imagen y, obviamente, nuevo logo. Y ahí detengámosnos.
Para muchos, el cambio más fuerte es el de instalar el formato dominical (franja roja y letras blancas) todos los días, pero las letras perdieron mucha fuerza ya que son exactamente las mismas que las de los titulares. Algo muy parecido al buen cambio de diseño que tuvo Crónica, aunque su logo quedó intacto.
Además, el muñequito tiene un clarín más estilizado en su mano (algo que se nota metiéndole zoom al diseño). La revista Viva también cambió su diseño con un logo más formal, entre la tipografía de Nivea y la Avant Garde, que la usamos seguido para los afiches de Tu Dial.
Un restyling sin punto de comparación con el histórico de 1998, pero que en la práctica no afecta la lectura cotidiana del diario. Casi como estrenar corte de pelo, pero con el peinado de siempre.