La noticia cayó como balde agua helada para los que somos melómanos. Es más, yo me enteré del todo cuando veo que el último disco de Katy Perry venía en su publicidad con el sello de Capitol al lado de una empresa que no era la de siempre.
Y fue así. Una de las cuatro compañías discográficas que quedaban vivas ante el avance de una globalización de todo, quebró y vendió todo al más emergente holding musical del planeta, de capitales en su mayoría franceses.
Pero no todo se resume en la total venta de EMI a Universal Music a mediados del 2012. Hay toda una historia de inexplicable y muy bien disimulada debacle comercial que arrancó a principios del 2000 y que no pudo sostenerse por más grupos financieros que intenten rescatarla. El destino de EMI (o "i-em-ai", en inglés) estaba marcado.
Un pisapapeles argentino de principios de los '70, cuando EMI dejaba de ser Odeón (foto: Mercado Libre) |
The Electric and Musical Industries Ltd., tal su nombre original, nació en marzo de 1931 de la unión de las dos empresas discográficas británicas más grandes; la Columbia Gramophone Company (nada que ver aún con el sello CBS del futuro) y la Gramophone Company. Bajo el sello HMV (His Master's Voice, sí, La Voz del Amo de RCA), EMI distribuía los discos de RCA Records y los de Columbia Records en Gran Bretaña. O sea, en sus manos pasaban los dos sellos principales de Estados Unidos. Seis meses después, EMI inaugura los míticos estudios Abbey Road en Londres.
EMI también era una compañía manufacturera de productos electrónicos y estuvo muy involucrada en el desarrollo del sistema de televisión en el Reino Unido. Al igual que la Victor en USA, EMI te fabricaba los discos y también los aparatos por donde se los podía escuchar.
En 1951, Columbia Records rompió sus lazos con EMI. En 1957, para sustituir la pérdida de sus acuerdos sobre licencias a largo plazo con RCA Records y Columbia Records, EMI entró en el mercado de Estados Unidos con la adquisición del 96% de las acciones de la compañía Capitol Records, que terminó convirtiéndose en "la cara" de EMI en el país del norte. Pero la idea era ir mucho más lejos. Las filiales de EMI en Australia y Nueva Zelanda, por dar un ejemplo, lideraron el mercado de música popular en esos lugares desde la década de 1920 y por 40 años más.
De la evolución a la involución. Así fueron los logos de EMI en toda su historia hasta su compra en 2012 por Vivendi, la dueña de Universal Music en todo el mundo. |
Entre fines de la década del '50 y comienzos de la década del '70, la compañía experimentó un gran éxito en el campo de la música popular, a tal punto de utilizar como slogan "La mayor organización musical del mundo". Las bandas y artistas que firmaron con EMI y sus subsidiarias, incluyendo Parlophone, HMV, Columbia Records (Australia) y Capitol Records, hicieron de EMI la compañía disquera más conocida en el mundo en aquel momento, con un repertorio de artistas que incluían a los mayores expositores del pop del planeta, entre ellos The Beatles, The Beach Boys, The Yardbirds (la primer banda de Eric Clapton), The Hollies, The Animals y Pink Floyd, el caballito de batalla de Harvest Records, otra de las tantas filiales/marcas de EMI, en este caso, para difundir el emergente rock progresivo de ese entonces.
Columbia Records y HMV desaparecen como sello a principios de los '70 cuando se constituye EMI Ltd.
A fines de los '70 EMI se fusiona con Thorn Electrical Industries para formar Thorn EMI, que en los '80, además de producir películas, compró la mayoría de los sellos grossos del momento como Chrysalis (que editó los discos de Blondie, por ejemplo, incluyendo "Call me", el single mas vendido en 1980 en USA) y Virgin, que hasta ese entonces era distribuido por RCA Ariola International (luego BMG, Sony BMG y Sony Music) que tenía en sus filas a OMD, Culture Club y a UB40, entre otros.
A mediados de los '90, en pleno auge de ventas de discos en todos los formatos (los discos mas vendidos de la segunda mitad del siglo pasado son de esa década), Thorn EMI pasa a llamarse EMI Group PLC. Todos estos cambios de nombres de empresa madre no afectaron a las ediciones de los discos EMI de cada país donde se encontraba. De hecho, desde principios de los '70, Industrias Eléctricas y Musicales Odeon (o I.E.M.O.) pasó a llamarse EMI Odeon SAIC hasta mediados del 2000, cuando se la empezó a conocer como EMI Music Argentina. Y ahí nos vamos a detener un momento.
EL SELLO DE FLORIDA (no de Flo-Rida, el morocho)
Florida es una apacible ciudad del partido de Vicente Lopez, al norte del Gran Buenos Aires. Ahí se situó durante muchos años, sobre la principal avenida San Martín, la sede argentina de EMI, donde además de la distribución de sus discos, también se fabricaban sus cassettes y desde mediados de los '90, compact discs, siendo la segunda empresa argentina, después de EPSA Music, en fabricarlos "in situ".
Para mediados de los '70, EMI superaba en participación a CBS, RCA (ambos ahora Sony Music), Phonogram (luego Polygram, hasta que Universal la absorbió) y sellos locales a la par de exitosos como Music Hall (hoy desaparecida y con un catálogo en gran parte acéfalo, aunque muchos de sus discos fueron reeditados por Leader Music, en su apogeo noventoso de la mano de la "movida tropical" y por Diapasón) o Microfon (catálogo totalmente adquirido por Sony Music cuando estaba dejando de ser CBS).
Y entre todos los éxitos que tuvo hasta el final de sus tiempos, EMI tuvo en su repertorio a Los Nocheros, el grupo más vendedor del folklore argentino de la década pasada.
LA DÉCADA PERDIDA
Se sabía que el nuevo milenio iba a traer muchas transiciones, incluso muchas más que la última década de siglo veinte. Lo que no se sabía era que terminara tambaleando al mismísimo emporio nacido en Inglaterra.
Comenzando febrero de 2011, Citigroup se hizo con el control de la discográfica EMI después de haber sido adquirida en el 2007 por Terra Firma, la compañía financiera más grande del mundo con sede en Nueva York, haciéndose cargo de la deuda de EMI que llegaba a 3.000 millones de libras. Unos 3.500 millones de euros que ni refinanciando en Tarjeta Shopping se podía levantar.
El 28 de septiembre de 2011, EMI deja de existir como compañía discográfica. EMI Group Ltd. es vendida y dividida entre las dos compañías discográficas más importantes: Universal Music Group (perteneciente a Vivendi, un conglomerado empresario de origen francés que empezó como distribuidor de agua potable hogareña a fines del siglo 19), que adquirió el catalogo musical de EMI por 1.900 millones de dólares estadounidenses y Sony/ATV (perteneciente, obvio, a Sony Music) que compró la división editorial que fue en su momento la más grande del mundo, por 2.200 millones de dólares. El acuerdo entre Universal junto con Vivendi y EMI fue firmado con la entidad estadounidense Citigroup. Un año después la operación fue aprobada por las autoridades reguladoras de la Unión Europea y Estados Unidos, tal como lo anuncia la web oficial de Universal Music que, dicho sea de paso, cuando ponés emimusic.com te redirecciona automáticamente hacia allí. Una señal muy fuerte del desguace de un gigante.
En octubre de 2012 Universal, ya con el control absoluto de EMI, puso algunos sellos discográficos a la venta: Parlophone Records (excepto a Los Beatles tanto como grupo como los proyectos solistas, pertenecientes o licenciados por EMI), Chrysalis Records (excepto a Robbie Williams), algunos sellos europeos, como Sanctuary Records, y Mute Records (comprado por BMG en diciembre de 2012 y que tiene entre sus artistas a Depeche Mode, Erasure y Moby). Finalmente Warner Music Group en febrero de 2013 adquirió Parlophone Records, Chrysalis Records y los principales sellos Europeos de EMI, exceptuando la división alemana, EMI Electrola. Era lógico. La gallina se iba a quedar con los huevos de oro.
Odeon antes de ser EMI. Estos fueron los distintos modos de identificar la música que publicaba el sello hasta fines de la década del '60. |
Uno hurgando en internet no sólo se sorprende por cómo un sello que alguna vez fue el gigante musical del siglo que pasó, termine en quiebra y siendo comprado por el ahora sello más grande del mundo. Hasta hace un par de años, más precisamente en el 2006, había rumores muy fuertes que Warner se iba a hacer de EMI en su totalidad. Incluso también me acordé de un efímero sello de música tropical argentino que editó un disco especial con tres artistas de la "movida", no recuerdo bien cuáles eran. Ese disco, editado cuando el furor tropical de los '90 iba desapareciendo y los principales referentes del género fundaban sus propios sellos "destetándose" de sus mentores (Magenta y Leader Music), venía con la marca WEMI. Contrariamente a lo que me suponía, no era la fusión de Warner y EMI, sino una libertad literaria de quien se le ocurrió un nombre para un sello.
Así y todo, EMI dio batalla hasta sus últimos días de existencia, al menos en Argentina. Lanzó el disco doble de Charly García "60 x 60" con una comentada presentación a la prensa en su formato vinilo, con DJs poniendo cada uno de los temas, entre ellos, el legendario Alejandro Pont Lezica. Además estuvo en los últimos lanzamientos de otros referentes del rock como León Gieco y Las Pastillas del Abuelo. Pero quien puede llevarse los laureles de ser el último artista de EMI promocionado es Qiro, un cantante de pop y folklore cuyo tema "Voy a vivir" fue el último subido por el sello antes de su absorción por Universal Music. Algo que también se puede ver en lo que fue su sitio oficial, abandonado desde noviembre del 2012, como el resto de las filiales que aun no tienen la redireccion a las webs oficiales de Universal Music.
En un sitio de rock argentino se "festejó" la "muerte" de EMI como camino alternativo a la autogestión musical. Lo que no se pone, quizás más como expresión de deseo, es que mas que autogestión, es el resultado de la concentración en solamente tres empresas de lo más exitoso y difundido de la música de todos los tiempos. Algo que con más indispensable autogestión que haya (el ejemplo más claro en la Argentina fueron Los Redonditos de Ricota, que tuvieron bajo su control toda la edición y gestión de sus discos, incluso en el pináculo de su fama hasta que decidieron separarse), hace peligrar la edición de placas exitosas, como el grupo ya nombrado entre paréntesis. Sus viejos discos son reeditados por DBN, quizá el único sello que sobrevivió a la catarata de absorciones por parte de los tres Goliaths musicales, junto a Magenta y Leader Music, este último, hasta con filiales en Chile y México, y que también sobrevivió a la crisis del 2001, que volteó a muchos sellos independientes, entre ellos SUM Records y Edel Music, que por ese entonces conseguían mucha difusión de sus artstas internacionales en las radios y hasta editaban los éxitos de la tele, difundiendo también a sus artistas a través de canjes publicitarios.
Pero parafraseando una conocida canción, estas cosas duran lo que tarda en llegar el verano después de la primavera. El final de EMI viene de la mano con el resurgimiento de los viejos formatos musicales, como el vinilo y hasta el cassette, aunque mas no sea como artículos artesanales y coleccionables de gran valor. Puede que en diez años haya otra absorción comercial en el mundo de la música tan grande como la que Universal hizo con EMI. Todo puede ser posible y nada lógico como cuando el brazo del Wincofon vuelve a su lugar después de pasearse por todo el disco.
Hasta siempre, EMI. Y gracias por la música. Aunque sea el título de un tema de un grupo cuyo catálogo también fue absorbido por Universal Music.