EL MEDIO NO ES ZONZO: a 10 años del cierre de RCTV
Venezuela ya no era lo que era. De ser un país abierto al mundo y vivir de sus riquezas petroleras, pasó a tener una de sus más grandes crisis económicas y sociales. A través de las elecciones a finales de los '90s llega al poder un ex militar que proponía de manera discreta y amable una Venezuela mejor. Pero un intento de golpe de estado hacia su mandato hizo cambiar el giro de las cosas a 180 grados y 200 kilómetros por hora. Se empezó a mostrar más duro, más jetón, diríamos en el barrio. Los medios de comunicación se estaban dando cuenta que ese cambio tenía un final incierto. Ya a mediados de la década pasada, toda la región latinoamericana estaba en sintonía con el nuevo caudillo del cono sur, con presidencias muy parecidas en su concepto en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Brasil... Gobiernos que hablaban de par en par con la gente pero sólo se acercaban para pasarles letra. Gobiernos obesionados hasta el paroxismo por lo que se comunica en los medios. El poder ejecutivo venezolano terminó siendo el mayor anunciante publicitario en los canales de mayor audiencia. Pero eso no iba a alcanzar. El comandante en jefe del ejército Hugo Chavez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela en ese entonces, que de un momento a otro, y tras el intento de golpe que sufrió, empezó a hablar de la "revolución bolivariana", gana por amplio márgen las elecciones del 2005. Y como dice la canción, si le das más poder al poder...
Aún teniendo la mayoría de la gente vestida de rojo por pedido expreso de su comandante, hubo medios de comunicación que, en pleno uso de la libertad de expresión que otorga un gobierno elegido democráticamente, comenzó a cuestionar el mandato tan particular de Chavez. No pasó mucho tiempo que el presidente empezó a criticar fuertemente a los que lo critican, como si su mandato fuera ver tele y escuchar radio todo el tiempo, en lugar de "mirar a la gente". Y empezaron los "estate quieto", como dicen aquí en México. Quita de pauta publicitaria, editoriales incidiosas en medios que apoyaban el gobierno chavista... Pero la cereza en la torta iba a ponerse en 2007, año de la renovación de las licencias televisivas por 20 años más.
Radio Caracas Televisión, también conocida por sus siglas RCTV, era el canal de mayor audiencia en Venezuela y el más duro al criticar el gobierno bolivariano. No sólo lo hacía en sus noticieros, contando las noticias que en otros medios no aparecían, sino también en algunos programas de variedades y hasta en humorísticos. La gente cada vez más se volcaba a ver otra pantalla, más entretenida, pero a la vez que te hacía reflexionar que no todo en Venezuela era color de rojo. Ese canal fue el blanco mayor de Hugo Chavez. En un encendido discurso, gritó, palabras más, palabras menos: "No queremos más ese canal golpista. Se les acaba la concesión el 27 de mayo. Ese día ustedes se van, pues...". En la última semana de RCTV en la frecuencia 2 de televisión abierta análoga, tanto sus programas como los avances hablaban primero de "gran expectativa" y luego "seguimos si triunfa la libertad". Eso último no pasó. Aquel domingo el canal preparó un especial de más de 15 horas de duración casi totalmente en vivo, recordando todo lo que es RCTV, el canal privado de habla hispana más antiguo del mundo y el que ostenta varios récords mundiales por la permanencia de sus programas, como "Radio Rochela", el humorístico que arrancó en radio allá por los '50s y siguió ininterrumpidamente hasta 2007. Las últimas dos horas de ese especial, llamado "Un amigo es para siempre", tampoco se quedaron afuera de los récords. El 98% del encendido fue para ese programa. Todos querían ver el "final" de un canal histórico y el incierto comienzo de su reemplazo.
Si hubiera existido twitter con la fuerza que tiene ahora, las cuatro letras de ese canal hubieran sido más trending topic que la famosa selfie de los Oscar. Youtube comenzó a despuntar ese año y era poner RCTV en su buscador para que aparecieran cientos de videos con el final del canal. Los medios del mundo hacían la crónica de cómo un presidente le declaraba la guerra a los medios que lo criticaban, plantando bandera al cerrar el canal más visto de su país. El resto de los canales, por natural miedo a perder la licencia ellos también, ningunearon el cierre de RCTV y pusieron programas grabados o películas. El único que se animó a transmitir lo que pasó fue Globovisión, un pequeño canal de noticias que se convirtió en el único vocero crítico televisivo a falta del canal fenecido.
VAMOS POR TODO
El 28 de mayo, casi puntualmente a las 12, arranca TVeS, Televisora Venezolana Social, el reemplazo de RCTV, creado por el ministerio de comunicaciones venezolano. Un canal gubernamental por excelencia, con documentales, películas de cine arte, programas turísticos y, hoy por hoy, alguna que otra lata mexicana. El rating del canal 2 se derrumbó, literalmente. Hasta el mismo Chavez se preocupó de ello en una entrevista televisiva cuando confesó que "me duele decir que TVeS es un canal que casi nadie ve". En RCTV no se quedaron de brazos cruzados y volvieron al aire un par de meses después como "RCTV Internacional", a través de un artilugio legal que le permitía ser otro canal de cable extranjero pero transmitiendo desde Venezuela. La "picardía" duró poco. El gobierno presionó para no emitir esa señal a las distintas compañías de TV paga del país a través de multas y aprehensiones. De a poco se le fueron cerrando todas las puertas al nuevo-viejo RCTV. Y la estocada final fue un decreto que obligaba a los canales extranjeros a pasar las cadenas nacionales, cada vez más seguidas, que aparecían en los canales locales, haciendo que todos ellos tengan legislación nacional, incluído RCTVI, que cesó sus transmisiones de golpe un 24 de enero de 2010. El canal siguió transmitiendo por internet un tiempo, pero ya nada era lo mismo. Comenzaron los despidos, los anunciantes se empezaron a borrar por miedo, y el final era inevitable, tanto como no meter las cuestiones político-sociales en un caso como el de este artículo. RCTV fue cerrado por una decisión política. ¿O por un berrinche?
"Ahora le toca a Globovisión" gritaban los fanáticos de la Revolución en los actos donde Chavez no escatimaba en groserías hacia los que no estaban con él. Celebraron el cierre de un medio como el haber ganado una guerra. Se la agarraron con un medio porque era más fácil. Y al tiempo le tocó a Globovisión. Cansados de los hostigamientos de los seguidores chavistas, también llamados "enchufados", tirando piedras y bombas molotov a la planta transmsora del canal, decidieron vender todas sus acciones a un grupo empresario que, en un principio, se creía que estaba con el chavismo, aunque en su momento aclararon que la pluralidad de la señal no solo iba a seguir estando, sino que iba a crecer. Hoy Globovisión es otro canal de noticias más en Venezuela, ya sin la opinión crítica que tuvo en sus mejores momentos.
Luego del cierre de RCTV comenzó una razzia en los medios de comunicación como nunca hubo en el país caribeño. Más de 200 estaciones de radio fueron cerradas y un centenar más en el ramo de la prensa gráfica. Chavez marcó la cancha y animó a los países "aliados" a empezar a imitarlo, unos más discretamente que otros. Correa en Ecuador ponía cadenas nacionales justo cuando un noticiero crítico de su gestión lo mencionaba. Fernández en Argentina armó un aparato de medios como nunca antes un gobierno lo hizo, incluyendo la expropiación de los derechos de transmisión del fútbol local y de los Mundiales, algo que de gratis no tenía nada, ya que se mantenía con los impuestos de la gente, sin publicidad exterior. Morales en Bolivia, también cortando la pauta oficial que todos los medios tienen por derecho. Parecía ser que la salida era "democratizar" los medios, porque la palabra "monopolizar" era bastante evidente.
Pero el tiempo pasa y nos vamos poniendo grandes. Chavez, ya enfermo, gana otra elección a toda una oposición unida por alrededor de diez puntos de diferencia. El otrora líder fuerte fallece debido a un cáncer y en su reemplazo aparece Nicolás Maduro, un fiel ladero de la gestión roja. Por la muerte de un mandatario en el poder, la legislación venezolana pide que se celebren otras elecciones. Aún estaba fresca la despedida física de Chavez y Maduro gana por apenas un punto y medio de diferencia. Ya las cosas empezaban a cambiar en el país, pero faltaba demasiado aún. Y un poco esos cambios se suscitaron "gracias" a la gestión de Maduro, al borde de la impresentabilidad, hablando con pajaritos reencarnados en el líder fallecido, bailando en cadena nacional mientras se reprime brutalmente a manifestantes o metiendo presas a personas por pensar distinto y aún teniendo las licencias que no les renovaron y devolvieron a muchos medios, entre ellos, RCTV.
Maduro, en su desesperación por intentar hacer algo bien, termina embarrándola más. Cerró el congreso nacional por unos días, lo que se considera la antesala de un auto-golpe. Ante la presión internacional, lo volvió a abrir. Pero ahora arremete con crear una nueva constitución nacional, prácticamente a la medida de un hombre que no puede conducir un país aunque sea teniendo el mínimo de carisma y guapeza que tenía el difunto presidente anterior. Su aceptación por la gente se desploma. Maduro no es Chavez, aunque técnicamente sean lo mismo. Si hoy se celebraran elecciones las perdería por sopapo. Y el descontento social, cada vez mayor, alienta a una apresurada jornada comicial. Pero es Venezuela, no la Argentina de hace más de diez años, donde todos teníamos que acatar lo que el cacique peronista de moda nos diga. Las elecciones se van a terminar celebrando en tiempo y forma, como en todo país democrático, aunque su gobierno no tome muy en práctica que digamos esa necesaria palabra.
RESISTIENDO CON PACIENCIA
"No perdamos la esperanza. Nos vemos pronto. Damas y caballeros, nuestro himno nacional" fueron las palabras de Nelson Bustamante, la última voz que se escuchó en vivo en RCTV antes de su cierre aquel 27 de mayo de 2007. También fue la primera voz que se asomó tras las palabras del presidente del canal al reaperturarlo como señal de TV paga dos meses después hasta su intempestivo cierre a principios de 2010. Este conductor terminó siendo la voz cantante de la necesidad de los venezolanos que quieren que vuelva el canal. Ganó un premio Emmy por su documental "Por estos pasillos de RCTV" donde recoge testimonios de ex empleados "in situ", en las mismas instalaciones del canal, que hoy trabaja con la centésima parte de su personal original, sobreviviendo a través de realizar contenidos audiovisuales para el exterior. A diez años del cierre, el mismo comunicador fue a buscar el testimonio pero de la gente que se exilió a Estados Unidos y trabaja en los principales medios de habla hispana de ese país, entre ellos, CNN en Español, el último canal que guadañó el régimen bolivariano hace pocos meses.
Al igual que en su anterior trabajo, Bustamante apela a la emoción. Y en gran parte, es una emoción no forzada, sale natural por ese vacío de hoy ya no ser pero con la esperanza de volver a serlo. Los testimonios arrancan con esa tristeza mezclada con emoción, pero acercándonos al final, se observa un ejercicio de mente maestra que hace que cada entrevistado explote de alegría de sólo pensar en el regreso del canal que los vio nacer como profesionales. Un hecho que aún falta para que sea cierto, pero dicen que la fuerza de la mente, cuando se junta con más fuerzas, impulsa a que las cosas sucedan.
Este video se llama "RCTV 10 años después" y tiene entre sus productores a la argentina Natalia Denegri, que empezó siendo una mediática más en la TV local de los '90s pero su presente dio un giro de madurez enorme al residir en Miami, ya lejísimos de las agarradas de los pelos con su ex amiga Samantha Farjat en el programa de Mauro Viale.
MI VISIÓN DE TODO ESTO
Ya pasaron diez años del cierre de RCTV. Antes escribía con comillas la palabra "cierre", porque técnicamente no fue un cierre sino la no renovación de la licencia para transmitir de un canal. Pero viéndolo en la práctica, las comillas se terminan desapareciendo solas. Cuando aún había muy pocas cámaras en los celulares, un amigo venezolano, hoy fotógrafo y periodista que conocí a través de los comentarios que le dejaba en su canal de youtube, filmó las manifestaciones en contra del cierre del canal. Los tiempos estaban cambiando e internet permitía ver lo que el aire no te dejaba. Recuerdo que dulatina.com tenía un fuerte punto de vista a favor de la continuidad de RCTV. Eran otros tiempos donde se podía expresar libremente y no había tantos haters y trolls molestándote por pensar distinto, como cuando fue lo de la ley de medios en Argentina un par de años después. Uno puede criticarle mucho a las redes sociales, pero terminaron siendo determinantes en muchas situaciones, mas que nada, a la hora de informar. Independientemente si son noticias fidedignas o simple pescado podrido, el abanico de elección a la hora de saber lo que pasa se amplió, y también la conciencia de la gente, que ya no depende de un par de medios y de quedarse clavado frente a la pantalla de la tele.
RCTV va a volver, tarde o temprano. Las circunstancias sociales de un país "ayudan" a que eso suceda en cualquier momento. Ya no las cuestiones judiciales que un poder ejecutivo se encargó de arrugar y tirar al tacho, como la determinación de la Comisión Internacional de Derechos Humanos, que determinó que a RCTV se le devuelva su espectro de transmisión debido a las enormes irregularidades que llevó su cierre.
Que como hombre que dirige los rumbos de un país te importe poco la libertad de expresión y temas lo que digan los demás, es preocupante. Yo no voy a ver ciertos canales de noticias llenos de periodistas evidentemente comprados por años de anteriores gestiones, pero no voy a pedir que por esa razón, cierren ese canal que es, al fin y al cabo, una fuente de trabajo para centenares de familias.
Voltaire, que no era ningún improvisado en filosofía, lo supo resumir muy bien en una frase: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo."