Antes de empezar compartiendo este punto de vista, quisiera aclarar algunos puntos antes. Uno de ellos es resaltar que todo lo que pasó fue evitable, que pasó porque nuestra idiosincrasia en gran parte lo permite y que a veces, por querer conservar una mística que con los tiempos que corren se vuelve vetusta, termina siendo un arma de doble filo.